Examen de mi Vida Cristiana – Parte I

Prédicas para Jóvenes: Examen de Mi Vida Cristiana  – Parte I
por Esteban Reina

Introducción

Predicas para jovenes: Examen de mi vida ¡Hoy vamos a tener un examen!, así es, un examen sorpresa, y la materia en cuestión somos nosotros. Si han estudiado la carta a los Romanos, vemos que en los primero 11 capítulos el apóstol Pablo trata el tema de la SALVACION muy profundamente; habla de todos los “porqués”, del plan de Dios para los judíos, como funciona la salvación, porque es como es y no de otra forma, y montón de otros aspectos, dejando bien en claro este tema, y esto nos trae al pasaje de hoy.

“la exposición de la verdad demanda un respuesta”. SI no hay una respuesta entonces la verdad no ha sido revelada al corazón de esa persona, en este caso yo se que si no todos, pues el 98% de nosotros hemos entendido y creído en Jesucristo como nuestro único salvador, por ende, somos salvos.

En los primeros once capítulos, Pablo explica la salvación a profundidad, y al terminar prosigue “así que hermanos…” En otras palabras, “ahora que se entiende la salvación que Dios ofrece, esto es lo que sigue, esto e s lo que debemos hacer” y Aquí entramos en nuestro tema. Leamos Romanos 12:1-3.

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Romanos 12.1-3, RVR60)[1]

 

El Examen

¿De qué se trata entonces este “examen”? Bueno, como resultado de recibir la salvación hay 3 cosas que debemos comenzar a hacer:

  1. Presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios
  2. No conformarnos a este Siglo, y
  3. Transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento.

Y estas tres cosas, junto con nuestra adquirida salvación por gracia, van a hacer que COMPROBEMOS LA BUENA VOLUNTAD DE DIOS, QUE ES AGRADABLE Y PERFECTA.

¡Que impresionante que en 2 versículos tenemos resumido todo! EN realidad podríamos hablar horas y horas de cada uno de estos puntos y metas, pero no perdamos de vista nuestro examen. Lo cual a nadie le gusta, los evitamos, casualmente “nos enfermamos” justo el día del examen, o siempre “pasa algo” cuando tenemos que ir a rendir, pero todos sabemos que si no pasamos tarde o temprano los exámenes pues simplemente nos quedamos en la nada, asique ¡ánimo!

La vara de medir

Antes de comenzar nuestro pequeño test, debemos entender algo: tenemos que tener la perspectiva correcta de las cosas. Por esto, debemos recordar lo que dice el vs. 3

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,” (Romanos 12.3-4, RVR60)[2]

Es importante tener una buena autoestima porque algunos nos tenemos muy en poco; por otro lado, algunos nos sobreestimamos. La clave de una evaluación honesta y fiel es conocer las bases de nuestra valía: nuestra nueva identidad en Cristo. Separados de Él, no somos muy competentes según las normas eternas.[3]

Tenemos que pensar de nosotros mismo, y autoevaluarnos con cordura, Según el diccionario esto es: cordura. (De cuerdo). 1. f. Prudencia, buen seso, juicio. Somos muy rápidos para pensar lo malo en nosotros, ¡alto! No te “acabes” solo, eso no es lo que Dios quiere, sino que te analices conforme A LA MEDIDA DE FE”.

La medida de fe no es “cuan seguro estas de tu salvación”, sino que es LA CERTEZA DE CONOCER A QUE TE HA LLAMADO DIOS.  Si yo no sé qué quiere de Dios de mi, entonces ¿como puedo examinarme correctamente? Si yo examino mi falta de lectura de la  Biblia a la luz de lo que está de moda o no, pues no tiene relevancia, pero si miro esto a la luz de que sin conocer la Biblia no conozco a Dios, pues entonces es una situación muy grave.

¡Así que arriba los ánimos!, no hacemos esta auto-evaluación por que queremos desanimarnos solos y estar deprimidos, ¡NO!, lo hacemos por que queremos entender cuál es la voluntad de Dios, y que es agradable y perfecta, ¡esa es la meta!

 

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[1] Reina Valera Revisada (1960). 1998. Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.

[2] Reina Valera Revisada (1960). 1998. Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.

[3] Biblia del Diario Vivir© 1997 EDITORIAL CARIBE